En la actualidad, la bioestimulación cutánea con factores de crecimiento plaquetarios debe considerarse el tratamiento básico, tanto para tratar como para ralentizar el envejecimiento de la piel facial, y es uno de los tratamientos que también los hombres suelen realizarse una vez al año .

Los factores de crecimiento son proteínas que produce el organismo humano, que regulan funciones esenciales en la regeneración y reparación de los tejidos, siendo las plaquetas células muy ricas en estos factores de crecimiento.

El mismo tratamiento se utiliza hoy en día para tratar o ayudar en el tratamiento de muchas lesiones deportivas y en cirugía plástica o estética para mejorar la cicatrización de las heridas.

La bioestimulación cutánea con plasma rico en plaquetas, y por tanto rico en factores de crecimiento, es un tratamiento restitutivo y regenerador de la piel, que trata el envejecimiento facial y sus estigmas generales. El objetivo es mejorar el aspecto, la textura, el tono, el color, el brillo y el tacto de la piel.

Con el tratamiento pretendemos restablecer al máximo el metabolismo y el funcionalismo del fibroblasto, célula fundamental de la piel, que se han perdido con la edad, lo que se traducirá en un aumento de la síntesis de colágeno, elastina y ácido hialurónico , elementos esenciales en la estructura cutánea, consiguiendo así una revitalización global de la piel, o diciéndolo de otro modo, una piel más joven.

Una vez activado el fibroblasto, resulta estrictamente necesaria la presencia suficiente en la piel de los precursores naturales de estos elementos, como son la prolina, la lisina y la glicosamina, por lo que lo ideal es contribuir con un aporte exógeno. Por eso al cabo de 3 o 4 semanas después del tratamiento se recomienda una sesión de mesoterapia facial con estos aminoácidos y vitaminas.

Los factores de crecimiento se producen en muchas células y tejidos del organismo, pero las plaquetas de la sangre son muy ricas en ellos.

Así, una parte del tratamiento consiste en obtener una pequeña muestra de sangre del mismo paciente, prepararla para disponer de un plasma rico en plaquetas y reinyectarlo, en forma de microinyecciones, muy superficialmente en la piel de toda el área facial .

La inyección se realiza con una aguja de muy pequeño calibre, utilizando anestesia tópica 30-45 minutos antes, para conseguir que el tratamiento sea más confortable.

El protocolo o número de sesiones anuales es de una a tres, pero es específico para cada paciente en función del grado de envejecimiento y de las características de su piel.

Los factores de crecimiento autólogos que contienen las plaquetas, no pueden provocar ningún tipo de reacción alérgica para ser obtenidos de la sangre del propio paciente, por lo que es un tratamiento natural que da muy buenos resultados, y que se complementa perfectamente con todos los otros tratamientos que utilizamos para tratar el envejecimiento facial en medicina estética.

Los resultados son muy buenos, quizás no constatables en las clásicas fotografías de antes y después, pero el paciente se muestra prácticamente siempre satisfecho.